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El pasado domingo 21 de octubre, hombres, mujeres y niños, salimos a las calles ataviados con nuestras camisetas rosas para gritar, alto y claro, que estamos en contra del cáncer de mama, una enfermedad que, pese a manifestarse también en los hombres, afecta a miles de mujeres en nuestro país.
La quinta edición de esta carrera, organizada por la Fundación Alcoraz, a beneficio de la Asociación Españolacontra el Cáncer (AECC), contó con nada más y nada menos que 3.500 participantes.
El día no pudo transcurrir de mejor manera. Una estupenda y soleada mañana de otoño nos acompañó en la salida, a las 10:00h, desde la Plaza de Navarra, punto de partida y llegada de la carrera, y con 4 kilómetros de recorrido por delante, marchamos al lado de amigos, familiares, personas de todas las edades, e incluso atletas.
Pero lo que de verdad importa no fue llegar los primeros, si no dar visibilidad y acompañar a aquellos que han sufrido esta terrible enfermedad. Andar o correr es lo de menos. Ayer era su día, y tuvimos la oportunidad de vivir la cara más amable de la enfermedad: el amor y el cariño de tantas personas.
Desde la anteriormente mencionada Plaza de Navarra, continuamos en dirección a la calle Cavia, pasando por calle Cabestany, Plaza Santa Clara, calle Padre Huesca hasta llegar al Coso Bajo. Posteriormente, proseguimos por la Ronda Montearagón, Joaquín Costa y vuelta al origen y meta por el Coso Alto, calle Miguel Servet y la calle del Parque.
Cabe destacar que, días antes a la celebración de la carrera, se agotaron los 3.500 dorsales –el límite de 3.500 lo marcó la capacidad de la Plaza de Navarro- que la Fundación Alcoraz entregó a modo de inscripción solidaria, ya que los fondos van destinados a la financiación del proyecto ‘Estudio de los mecanismos de resistencia en leucemia linfoblástica aguda adulta y pediátrica’, coordinado y dirigido por la doctora Anna Bigas. Además, para aquellos que no pudieron alistarse en la prueba, la AECC les ofreció la posibilidad de hacer una aportación económica a través de una cuenta bancaria.
Desde la perspectiva del deporte y la competición, Fernando Esperanza fue el ganador en la categoría masculina, con 11 minutos y 28 segundos, y Henar Paiva en la categoría femenina, con 13 minutos y 38 segundos.
Si bien esta cita sirve para visibilizar la enfermedad, también resulta una oportunidad perfecta para aquellas familias que están luchando juntas, codo con codo, afiancen sus lazos en un desafío completamente distinto al cáncer, y para aquellos que lo han superado, poner un punto y final al duro trance que supone con una competición deportiva muy agradable.
Cada persona que acudió ayer a la carrera fue con una historia y motivaciones diferentes, pero lo cierto es que todos estuvimos allí, compartiendo con todo nuestro cariño y todo nuestro corazón, una jornada que lucha por, en algún momento, dentro de un año, de una década… Erradicar esta dura enfermedad para siempre.
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